Como os adelantaba en la última entrada estamos en pleno destete nocturno. Ya hace tiempo veníamos planteándolo Luis y yo. Emma tiene dos años y medio, y es cierto que muchas noches se podían sobrellevar, no se despertaba demasiado. Pero otras parecía la niña ventosa, en el momento en el que le quitaba la teta protestaba. Y cuando lo lograba, era darme la vuelta y escuchar ¡teta!. Yo trabajo, y ésto suponía ir bastante zombie por la vida, así que hace unos días nos planteamos ponernos en serio con el destete nocturno. No sabíamos si Emma se iba a despertar más o menos, mucho niños se despiertan la misma cantidad de veces que cuando estaban mamando, pero queríamos probar.
Pusimos en marcha el "plan padre", hasta ese momento Emma había dormido en el centro de la cama. Colocamos una barrera y la pusimos al lado de su padre. Hay madres que se van de la habitación unos días, en nuestro caso, aparte de que a mi no me apetecía mucho esa opción, no hay posibilidad de hacerlo porque no tenemos otra cama. Las primeras noches no fueron demasiado bien. En cuanto Emma se despertaba y veía que estaba al lado de su padre se enfadaba. Algunas veces Luis sí la podía calmar y se volvía a dormir, pero otras lloraba mucho, se desvelaba y nosotros no queríamos que este proceso fuera así, queríamos que fuera lo más respetuodo posible. De forma que terminábamos frustrados, cansados y con Emma de nuevo durmiendo a mi lado.
Se nos había pasado hacer algo fundamental y que ha hecho que este destete sea posible. Algo tan básico como explicarle claramente a Emma lo que iba a ocurrir por las noches y por qué. Hablamos con ella, le explicamos que por las noches las tetas "iban a cerrar" porque yo necesitaba descansar. Por la mañana y durante el día podía tomar teta cuando quisiera, pero que por las noches había que dormir. Al principio no estaba muy por la labor, pero rápidamente se hizo a la idea y aceptó la propuesta.
La primera noche antes de acostarnos de despidió de las tetas (sí, parece que tuvieran vida propia :D) y en los despertares su padre la pudo calmar sin demasiado problema. Se despertaba y preguntaba si era de noche, le decíamos que sí, y tras algunos mimos se volvía a dormir. A los dos días ya la volvimos a poner en el medio porque es más cómodo para nosotros, y además al hacer asumido que por la noche no había teta ya no había que ponerle ningún control ambiental.
Así han pasado algunas noches y muy bien, pocos despertares y con poca dificultad para volverse a dormir. Por el día ha seguido mamando normalmente, lo que sí he notado es que tiene más necesidad de estar conmigo, necesita que le dedique más tiempo y está más mimosilla. Me dice esos "
mamá, te quieo muxo" que me dejan desarmada cada dos por tres.
Anoche fue algo más complicada. Ayer fue un día largo, me marché de casa al trabajo a las 7 y media de la mañana y no volví hasta las 21:30 de la noche. Emma no está acostumbrada a pasar tantas horas separada de mi y lo notamos en la noche. Se ha despertado más veces y de nuevo ha pedido teta llorando y enfadándose cuando le decíamos que de noche había que dormir. A las cinco de la mañana, ya agotadas he optado por volver hablar con ella. Nos hemos salido de la habitación y le he vuelto a explicar lo que ocurría y cómo íbamos a hacer las cosas y le he transmitido que se que para ella es un paso difícil. Se ha calmado, ha vuelto a aceptar la idea del destete nocturno y hemos vuelto a la cama. Se ha dormido sin teta y sin más despertares hasta la mañana siguiente.
Nos quedan muchas noches por delante, supongo que unas serán mejores y otras peores. Pero de este proceso he aprendido algo fundamental: cualquier proceso con nuestros hijos va a ser infinitamente más sencillo si les hacemos partícipes de ello, si se lo explicamos, si les escuchamos y a ser posible (con niños más mayores), si pactamos y negociamos con ellos. Empezar, como hicimos nosotros, sin contar con ella únicamente nos llevó a pasarlo mal los tres.
Ver cómo mi pequeña está haciendo el esfuerzo tan enorme de dejar su teta por las noches porque yo lo necesito me emociona. Recuerdo cuando comentábamos en una reunión que la lactancia prolongada genera muchas situaciones en la díada madre-hijo en las que entrenamos el respeto por las necesidades ajenas. Ese aprendizaje es muy valioso tanto para nuestros hijos como para nosotras. Porque no debemos olvidar que la lactancia debe ser placentera para ambos y esto genera la necesidad de ir adaptándonos la una a la otra continuamente. Ahora disfrutamos de nuestra lactancia de otro modo, un nuevo cambio, una evolución. Aprendo de Emma cada día, me parece una maravilla tener una hija tan especial y una pareja que se implica, que forma parte de esta lactancia, que nos apoya, que nos ayuda y que nos da ese soporte fundamental cada día...y cada noche.
Por si queréis saber algo más sobre el destete nocturno, el plan padre etc os dejo un par de enlaces:
Ebook "
Destetar sin lágrimas" de Pilar Martínez sobre el destete, tiene una parte del libro en la que habla sobre el destete nocturno. Ya os hablé de él en
esta entrada.
Folleto de La Liga de la Leche sobre el destete (habla sobre el destete completo, no parcial como es el caso del destete nocturno).