domingo, 3 de junio de 2012

Estivilladas las justas...





A raiz de esta entrevista que han hecho a Estivill he dedidido hablar un poco sobre su método:

Estivill es el conocido autor del libro Duérmete niño, bueno ahora se llama A dormir, básicamente su teoría es que a los niños hay que enseñarles a dormir solos, de un tirón. Y para ello lo fundamental es que una vez que entren en la cuna no salgan de ella hasta la mañana siguiente. Como los niños lloran,  ha establecido una tabla de tiempos que van alargándose de forma progresiva que marcan cada cuánto tiempo pueden entrar los padres para hablar con el bebé, y decirles, que no se preocupen que no pasa nada y que mamá y papá sólo le están enseñando a dormir. Sin levantarlos, ni tocarlos. Así hasta que llega el momento que ¡pam! el niño calla, te asomas y está dormido, y al cabo de unos días, efectivamente el crío duerme del tirón en su cuna. Así visto parece la panacea, ¡es la solución para las ojeras de los niños y el odio de los vecinos! Bueno, no hace falta que vayáis corriendo a por el libro, vamos a analizar un poco mejor qué ocurre con ese niño que duerme "como un angelito" de 8 a 8...


Estivill plantea que es necesario enseñar a dormir a los niños. Dormir sabemos todos, así que lo único que se me ocurre cuándo le oigo hablar de enseñar a dormir, cuándo nos referimos a bebés, es que haya una buena higiene del sueño, eso sí se podría "enseñar" en teoría... Hay hábitos que ayudan a nuestros hijos al dormir, probablemente si al crío le acostamos cada día a una hora muy diferente porque nos apetece y en un lugar distinto, el pobre se haga un lío y no pueda conciliar tranquilamente el sueño. Por ejemplo en nuestro caso cuando llegan más o menos las 21:30 de la noche, Emma se empieza a poner seria, le va entrando el sueño y si no se puede dormir (porque no estemos en casa y no la podamos acostar o algo así) empieza a estar molesta, y además cuándo por fin llegamos a casa y le acostamos le cuesta más dormirse, tiene un sueño más inquieto y hace más tomas nocturnas. Por este motivo procuramos estar preparados para que pueda dormir (cuando quiera, no a una hora establecida por mi). Todos contentos, ella se duerme porque tiene sueño y punto, no hay más. Probablemente si le acostásemos antes de tiempo sería tan malo como hacerlo demasiado tarde, porque si no está cansada, difícilmente se va a dormir... Creo que hasta aquí es de bastante sentido común, y no lo hacemos por enseñarla a dormir, sino por el mismo motivo por el que estamos en casa para dormir la siesta o acostarnos por la noche a unas horas de forma habitual, porque nos suele entrar sueño en esos momentos... El problema (para los padres) estaría sobre tod al principio cuando las costumbres de sueño del bebé y las de la familia no cuadran, vamos el típico bebé que quiere estar de marcha hasta las tres de la mañana porque durante el día ha estado durmiendo como un tronco. Con Emma no tuvimos ese problema, así que aquí hablo desde la teoría, que dice que durante el día no le acuestes a oscuras y sin ruidos, sino que el funcionamiento de la casa continúe de forma que vaya adaptándose a los ritmos día-noche, esto tengo entendido que también forma parte del método Estivill, como si fuera un descubrimiento del otro jueves pero bueno...

Pero no creo que estos hábitos sean realmente "enseñar" al bebé a dormir, simplemente estamos creando unas buenas condiciones para ello, igual que no le acostamos en una cama de pinchos o le ponemos música a todo trapo para dormir, sino que cuándo se va acercando la hora de dormir se procura que haya un ambiente de relajación en casa, baja la intensidad de las actividades, la luz más tenue, y si a eso le añades acunar o contar un cuento, una nana, o dar teta, pues has creado un buen entorno para el sueño. Y además es un clima positivo, el niño está a gusto, y de este modo relaciona el irse a la cama con ese estado de relajación. Y así lo hará el resto de su vida, creo que a todos nos entra el sueño más o menos a la misma hora (y si nos entra antes porque ha sido un día más intenso nos acostamos antes, y si no, nos acostamos después, que parece que los niños no tienen esa opción...) y cuándo nos vamos a dormir nos relajamos, y si ésto no es así es cuándo sí aparecen problemas de sueño.

Pero el método te dice que el enseñar a dormir es acostar al niño siempre a la misma hora,  (todos los días el niño a las 20:00 tiene que tener sueño por narices), meterle despierto en la cuna (y sólo en la cuna, la cama de los padres está terminantemente prohibida) porque los estímulos que haya en la habitación tienen que permanencer sin variaciones durante la noche, si estás tú y se despierta y ya no estás te llamará por eso no puedes dormir a tu hijo con un cuento, si se lo cuentas tiene que quedarse despierto y dormirse solo (bonita forma de complicarnos la vida...) o por ejemplo si se duerme en el coche hay que despertarlo antes de meterlo en la cuna, porque si no se va a despertar a las dos de la mañana y no va a entender por qué no está en el coche y llorará. Yo esto no lo termino de entender... es bueno que un adulto sea flexible y se adapte a diferentes situaciones (de hecho esa sería una buena definición para la inteligencia), pero para el bebé las rutinas estáticas son la panacea. Que le demos un muñeco para que nos sustituya. Y además si llora no lo debemos de atender más que con palabras.

Los problemas que veo a este idea, desde diferentes enfoques son:

Desde un punto de vista del desarrollo cognitivo de los bebés: Un niño grande, que haya adquirido la capacidad de comprender el lenguaje,  puede entenderte cuando le dices: "Estoy en la habitación de al lado", "estás seguro", "si ocurriese algo yo vengo" pero un bebé no se está enterando. Y además hasta los 12-18 meses no adquiere la noción permanencia de objeto, es decir, lo que no está al alcance de sus sentidos, no existe, desaparece. Por tanto cuándo mamá se marcha de la habitación, si no la veo, no la oigo, no la siento en definitiva, es que ha desaparecido, por tanto lloro, la llamo... Creo que a día de hoy si yo desapareciera, mi madre actuaría bastante parecido a como lo hace un bebé en esta situación. Tú sabes que estás al lado, pero el niño no y no es capaz de entenderlo de momento, por muchos ensayos a los que le sometas, como no podría aprender a escribir o a leer con un par de meses por muchas letras que le muestres.

Desde un punto de vista neuropsicológico, hay dos puntos que fallan. Por un lado, sabemos que la  situación en la que se pone al bebé en este método es muy estresante, y no sólo porque le veamos llorar, se ha medido el nivel de cortisol (hormona que segregamos como respuesta a una situación estresante) en la saliva de estos bebés y se ve que la concentración aumenta durante estos episodios de llanto (M.L. Commons). Pero es más, al cabo de los días los bebés dejan de llorar porque, en términos conductuales, se ha logrado extinguir la conducta de llanto al no atenderlo, pero se han seguido midiendo los niveles de cortisol, y a pesar de que el niño no lloraba, también estaban disparados, por tanto se concluye que la situación seguía siendo estresante para ellos, aunque el llanto no apareciese.  
El problema es que hasta los dos años de vida aproximadamente el cerebro está en plena formación, y en esta etapa el cortisol produce alteraciones estructurales del cerebro en desarrollo, viéndose principalmente afectadas el hipocampo y la amígdala, estructuras claves de lo que podríamos denominar el cerebro emocional (Schore, A). Se han llegado a ver diferencias de hasta un 10% en el tamaño del hipocampo en niños a los que se les ha dejado llorar al dormir de forma sistemática, lo que va a generar a largo plazo problemas para el manejo de las situaciones estresantes.  Si quieres conocer más sobre cómo los niveles altos de cortisol afectan al cerebro del bebé, este documental de Redes es muy ilustrativo al respecto: El cerebro del bebé 
Además hay otro aspecto sobre el que va a influir el chute de cortisol que tienen los bebés y los niños estresados, y es que una de las zonas del cerebro que se  encarga del procesamiento del lenguaje (área de broca), se ve afectada por esta hormona, produciendo una hipofuncionalidad de la misma durante estos momentos de estrés, de forma que los mensajes tranquilizadores que le mandas al niño como está establecido en el método Estivill, no le van a llegar adecuadamente, incluso aunque tuviera la capacidad de comprenderlos.

Desde un punto de vista evolucionista, una cosa que tenemos que tener clara es que los bebés de hoy en día son exactamente iguales que los de hace 100 000 años, y estamos programados para lo mismo, para sobrevivir y transmitir nuestros genes. Por eso un bebé, totalmente indefenso, si se ve solo llora, porque si no lo hace puede venir un depredador y zampárselo, o morir de frío o de hambre... Y él no sabe, y además tardará en comprenderlo, que está seguro, en una cuna, con una cámara de visión nocturna que lo vigila, y además no sabe, como hemos visto antes, que tú estás a un par de metros. Está programado para llorar. Y nosotros estamos programados para atender ante ese llanto, nos interesa que el pequeño sobreviva. No hay sonido más desagradable para unos padres y los que no son los padres que el de un bebé llorando, te altera, por eso tienes el impulso de calmarle. El método va en contra de esa programación con la que venimos de serie, así que si decides que tu hijo duerma solo en su dormitorio de forma prematura, ten esto en cuenta, prácticamente tu hijo te está haciendo un favor, va en contra de sus instintos y de sus necesidades primarias.

Desde una perspectiva etológica, y digo etológica y no psicológica porque considero que la necesidad de establecer un apego seguro es una conducta instintiva adaptativa. Me gustaría en principio mencionar los experimentos que realizó Harlow con monos Rhesus que me parecen fundamentales para comprender que el afecto es una necesidad primaria que puede como mínimo equipararse a la necesidad de comer. Aquí tenéis un documental que lo explica con claridad:



Además de Harlow, fue Bolwy junto con Mary Ainsworth el que elaboró la teoría del apego, su postulado básico  es que el apego afectivo de aves y mamíferos es un proceso del desarrollo psicológico del animal, incluyendo el humano, que se desarrolló como una tendencia de adaptación para mantener proximidad a la figura del progenitor (3-Bolwy). Plantea que para establecer un apego seguro (básico para una adecuada seguridad emocional) es necesaria la accesibilidad de los cuidadores, en este caso los padres, y además una respuesta adecuada por parte de ellos, siendo sensibles a sus demandas. Si dejamos al bebé solo en su habitación llorando porque tiene una necesidad no cubierta, ni estamos s accesibles, ni nos hace sensibles hacia esta necesidad. El niño no aprende que puede estar tranquilo porque tú, su figura de apego, estás ahí para cuidarle. Aprende que haga lo que haga, por mucho que llore tú no estás o aparecerás durante un par de minutos para volverte a ir sin ofrecerle lo que en realidad necesita, tu contacto. Y ésto no hace más independiente a tu hijo, lo siento, no funciona así, sino que hace que o directamente no cuente contigo y aunque se sienta mal no recurra a ti (apego inseguro-evitativo) o al revés que quiera estar permanentemente contigo y no esté tranquilo si no estás porque no tiene claro que si te vas y te necesita vayas a volver (apego inseguro ambivalente) Ambas situaciones, ya a nivel personal, me dan pena.


En definitiva, no parece que sea la mejor forma de lidiar con los problemas de sueño de los bebés, parece un caso claro de que el fin no justifica los medios. Si quieres saber cómo afrontar los problemas  de sueño de otra forma más acorde con las teorías que he expuesto, puedes consultar:

- Rosa Jové (2006) Dormir sin lágrimas. La esfera de los libros.
- Elizabeth Pantley (2002) Felices sueños. Editorial Mc Graw-Hill.
- William y Martha Sears (2010) Tu hijo dormirá y tu también. Integral

Os dejo para terminar con las etiquetas para puertas que ha diseñado la gran Sarai Llamas al igual que la imagen que abre esta entrada.



1-M.L. Commons, P. M. Miller, The Benefits of Attachment Parenting for Infants and Children: A
Behavioral Developmental View Behavioral Development Bulletin Vol.10, 2010 
2- Schore, A. Attachment, affect regulation and the developing right brain: Linking developmental neuroscience to pediatrics Pediatrics in Review, 2005, 26, 204-211 
3- Bowlby, John (1999). Attachment and Loss: Vol I, 2nd Ed.. Basic Books. pp. xvi-xvii, 172-73








19 comentarios:

  1. Genial como siempre.
    El domingo pasado fui a una feria de bebés, y allí estaba este señor. Me dió una pena inmensa ver que tenía el aforo completo y que la mitad de este eran mujeres embarazadas. Y yo me pregundo ¿ Para que vas a tener un bebé, si aun sin haber nacido ya quieres separarlo de tu lado?. Es absurdo, ¿no?

    Por supuesto, pasé de lejos, lejos, no se me pegase nada, jijiji.

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    1. Ya es que es muy mediático, en cada librería, incluso en cada hipermercado están sus libros y encima como a simple vista funciona, como debe de ser, trabaja con las leyes básicas de la conducta cómo no va a funcionar! Pero creo que hay un problema de base, y es que consideramos que un bebé que debe de ser independiente lo antes posible, y eso es incompatible con ser un cachorro de nuestra especie, profundamente dependiente los primeros años de su vida. El intentar saltarnos pasos, acelerar lo que no es posible tiene consecuencias. Gracias por pasarte! Un besazo!

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    2. Buén artículo...y quién ha dicho que depender de un horario, de una cuna, de un biberón a unas horas, de una pauta és ser independiente? Ser independiente es dormir cuando el cuerpo te lo pide, comer cuandos e tiene hambre...y así son nuestr@s bebés, ésa es la independencia que nos hace felicies (y human@s!)

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  2. Muy bueno silvia!! Hasta para mi que todavía no tengo bebés a los que "enseñar a dormir"

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    1. Gracias preciosa! Bueno, pues cuándo los tengas, para que sepas que lo de dejarles llorar no es la solución más adecuada y que hay otros recursos de los que tirar, porque aunque parezca mentira, tiene sus consecuencias.

      Un besazo amorcete!

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  3. Qué completo!

    Muchas gracias :) lo compartiré, esta es una de esas cosas que creo que todo padre debe saber.

    Besito y feliz semana!

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    1. Sí, el otso día en la charla Rosa Jové planteó varios aspectos de éste tipo así que me pareció importante compartirlo :)

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  4. Buen post, yo soy incapaz dejar a mi bebé llorando, con la agusto que estamos acurrucadas jeje así nos dormimos las dos y el papi. El único inconveniente que veo, el calor que ya hace, pero con un ventilador todo se arregla. Gracias por compartir.
    Besitos

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    1. Sí lo del calor es un coñazo, y no hemos puesto aún el ventilador por si se enfría la moneji, pero no va a quedar más remedio...

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  5. es fantástico!!! me encanta cómo has razonado cada parte, lo comparto

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  6. El post es espectacular, yo no he sido capaz con ninguno de los mios por novata lo intente con el primero un día duramos el niño lloró, vomitó, se tiro de la cuna y .... abandonamos a Estivill y sus métodos crueles, tiene un libro de A comer no?? no quiero ni leerlo se me ponen los pelos como escarpias de pensar como enseña a comer a los niños. Lo voy a compartir en facebook

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  7. Gran entrada! Lo comparto enseguida!

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  8. Wuauuuuw... Sistemático certero y espectacular.
    Estío liadas las justas.

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    1. :) dándole una patada a estivill, a la porra! :p un besazo preciosa!

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  9. Pienso igual. No tengo conocimientos de psicología, pero por sentido común me parecía una burrada. Mi madre tiene 73 años y me dijo que era imposible dejar llorar a tu hijo de esa manera. Pero parece que esta cultura tan civilizada, nos ha arrancado hasta el instintito maternal. Gracias por ponerle palabras a lo que pensamos muchas

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    1. Es que dejarles va e contra del instinto, por eso a tp madre lo que dice estivill no le cuadra... me alegro de que te haya resultado útil :)

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