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lunes, 12 de agosto de 2013

El calendario de alimentación infantil

Una duda que se nos presenta cuando empezamos a ofrecer alimentos a los bebés es qué ofrecerles antes, qué después. Unos te dicen que primero la fruta, otros que la verdura, luego el pollo, ternera... Tienes el famooso calendario de alimentación infantil que te dan el la revisión de los seis meses (bueno, si tienes suerte, que a veces en la de los cuatro ya te la encasquetan... Incluso las más leaboradas vienen con los gramos de pollo, patata y demás que debes de ofrecer a tu bebé. Labor de chinos, y pérdida de tiempo, porque estos calendarios varían ya no entre comunidades o países, sino entre ambulatorios.

 Cuando leí el libro "Se me hace Bola" de Julio Basulto del que ya os hablé en este entrada, vi un par de tablas que quiero compartir con vosotros (El autor da su beneplácito a su difusión). Son muy claras en cuanto a los tiempos estimados en los que podemos ofrecer ciertos alimentos, y sobre todo nos ayudan a saber cuáles evitar.



Calendario “orientativo” de incorporación de alimentos
(No os lo toméis al pie de la letra, que no es una sagrada escritura)
Hasta el seto mes de vida
  • Darle sólo leche.
Es aconsejable no incorporar nada en la dieta del bebé salvo que:
-          Se siente, mantenga la cabeza erguida.
-          Coordine ojos, manos y boca para mirar al alimento, cogerlo y metérselo en la boca.
-          Pueda y quiera tragárselo sin problemas
Es raro que estos tres signos aparezcan antes del sexto mes.
A partir del sexto mes (poso más o menos)
Si el bebé cumple las tres características descritas en el apartado anterior, le ofreceremos poco a poco, alimentos típicos del menú familiar (saludable)
  • Evitaremos:
-          Loa alimentos sólidos con los que podría ahogarse (ej: cerezas enteras, zanahoria cruda…)
-          Los desnatados
-          Los zumos (no más de medio vaso al día como máximo)
-          Los lácteos (excepto la leche artificial en bebés no amamantados a demanda)
-          La sal y los alimentos salados (olivas, quesos, embutidos)
-          La miel
-          Las infusiones
-          Pez espada, tiburón, lucio, atún rojo o conservas de atún.
-          Carne de animales cazados con munición de plomo.
-          Las espinacas o acelgas (Si estas dos verduras se incluyen en pequeñas cantidades no hay problema)
A partir del año
Aplicar lo indicado en el apartado anterior, si bien ya podemos añadir una pizca de sal (yodada) a su comida, así como espinacas o acelgas (no más de un plato al día).
-          El bebé ya puede beber leche entera (la que suele comprarse en tetrabrik) u otros lácteos.
-          Si utiliza biberón, es mejor que empiece a sustituirlo por un vaso.





Alimento o grupo de alimentos
Aparición y duración aproximada en la dieta del bebé (Esto tampoco es un dogma de fe)
0-6 meses
6-12 meses
12-24 meses
24 meses
3 años o más
Leche materna
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X
X
X
Leche artificial (En bebés que no toman leche materna
X
X



Cereales –Pan arroz, pasta etc.- (con o sin gluten, frutas, hortalizas, legumbres, huevos, frutos sexos chafados o molidos, carnes y pescado (excepto los detallados más abajo)

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X
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Leche entera y derivados lácteos (yogures, queso)


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Un plato único de espinacas o acelgas


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Cabeza de gambas, de langostinos, de cigalas o el cuerpo de crustáceos similares al cangrejo


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Sólidos con los que pueda ahogarse (frutos secos enteros, palomitas de maíz, uvas enteras…)




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Pez espada, tiburón, lucio, atún rojo o conservas de atún




X
Carne de animales cazados con munición de plomo (Desaconsejada en menores de 6 años)






Algunas anotaciónes que quiero haceros son:
* Respecto a los frutos secos enteros, la AEPED recomienda no darlos hasta los 5 años como mínimo, en esta web tenéis además otras recomendaciones de la AEPED al respecto y qué hacer en caso de atragantamiento. 
* En cuanto a las cabezas de gambas, langostinos y demás,  el autor indica que de forma habitual su consumo está desaconsejado a lo lago de toda la ingancia por la cantidad de cadmio que tienen.
* La carne de animales cazados con munición de plomo no debería consumirse por niños menores de 6 años, por no poder asegurar la eliminación por completo de restos de esta munición, siendo el plomo especialmente perjudicial en los niños. 
* Por último, respecto al gluten ya no se sigue la recomendación de incorporarlo a la dieta de los niños a partir de los 8 meses, sino a partir de los 6, pero su incorporacion sí debe de ir haciéndose de poco en poco. 


miércoles, 29 de mayo de 2013

La mala alimentación


Casi el 30% de los niños españoles de edades comprendidas entre los 3 y 12 años tiene exceso de peso -un 7,1% padece obesidad y un 21,2% sobrepeso. Es una cifra alarmante, y los padres tenemos mucho (o todo) que ver. Es importante tener claras una serie de aspectos sobre alimentación infantil que en muchas ocasiones no veo a mi alrededor. Cuando trabajaba como monitora de ocio y tiempo libre veía como los niños llevaban para el recreo: zumos, bollos, galletas, batidos... Y a la salida sus padres le esperaban con una merienda similar. Por mucho que les cuenten a esos niños que hay que comer sano y les regañen porque no se comen las verduras no vamos a avanzar absolutamente nada. No vale con que compensen, como merienda un bollo y que cene pescado. Lo ideal es ofrecerles una alimentación saludable, desde el minuto 1.


He leído un libro muy interesante al respecto: Se me hace bola. Cuando los niños no comen como queremos que coman. Escrito por Julio Basulto. Me parece que presenta una forma de abordar la alimentación infantil muy interesante, y me gustaría compartir con vosotros algunas cuestiones que se abordan en el libro que me parecen fundamentales.



Lo primero es que un niño debe comer siempre a demanda. Estamos acostumbrados a escuchar que hay que darles teta a demanda o biberón a demanda. Pues con la comida igual. Que el niño escoja lo que quiere comer y la cantidad que quiera comer. Es importante que aprendan a obedecer a las señales que les manda su cuerpo de hambre y saciedad. Y creo que todos conocemos la sensación tan desagradable que se puede tener cuando te obligan a comer más allás del apetito que tengas. Además, ellos saben mejor que nosotros cuanta comida necesitan. No debemos forzar a que los niños coman de más, ni por las buenas (Si te acabas el plato nos vamos al parque) ni por las malas (Como no te acabes el plato no bajas al parque).

Ya veo a más de uno llevándose las manos a la cabeza: ¡Se van a alimentar a base de macarrones y gusanitos! Decir que algo fundamental en todo esto es que los niños deben tener disponibles alimentos saludables (legumbres, carne, verdura, cereales...) y no alimentos superfluos como los denomina Julio. No se alimentarán a base de bollos si no compramos habitualmente este tipo de productos. Y si pasan una racha comiento sota, caballo y rey (léase sopa, macarrones y filetes de pollo) pues se les pasará, no conozco muchos adultos que sigan con esa dieta... Si tienen disponibles otros aimentos saludables puede que en algún momento se lancen a probarlos. Pero sobre todo es más probable que se animen si te ven comerlos. Se destaca en muchos momentos del libro la importancia que tiene el modelado en este asunto. No vale con decirles, come sano, nos tienen que ver, y percibirlo como algo normal. No vale que te vean beber refrescos y que les digas que tomen agua. O que la verdura está rica, pero en casa no se pruebe... 

Os copio un extracto del documento "Si tú comes frutas y hortalizas ellos también lo harán" elaborado por el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN), donde refleja claramente que los niños aprenden de nosotros más de lo que pensamos:

Una investigación, publicada en noviembre de 2008 en la revista Archives of Pediatric and Adolescent Medicine, mostró esto de manera práctica. El estudio expuso a 120 niños de entre 2 y 6 años a 73 alimentos distintos y se les instó a que realizasen “la compra”. Las compras fueron muy similares a lo que los cuidadores compraban de manera habitual, hecho que apoya la teoría de que existe una influencia clara del modelo de los adultos. Así, la compra de bebidas o alimentos clasificados como saludables por dichos niños se asociaron de forma estadísticamente significativa con lo que los cuidadores habían declarado comprar habitualmente en una encuesta previa, pese a la corta edad de los niños (Sutherland LA y cols., 2008).

Qué hacer con esos alimentos superfluos de los que hablábamos antes (bollería, chuches, refrescos, fast food...): No ofrecer, no negar. Nosotros  (ni nuestro entorno. abuelas del mundo, atentas a este párrafo...)  no vamos a poner a su disposición este tipo de alimentos. Pero si llegan a sus manos, pues tampoco vamos a montar una escena. El no ofrecer también implica intentar evitar que les entre el antojo por ejemplo porque pasemos por una pastelería antes de llegar a casa, o teniendo en casa un armario con este tipo de comidas.  Hay ocasiones en las que comemos diferente, un cumpleaños con la tarta, si vamos al cine a lo mejor cogemos palomitas. Si es algo puntual,  disfrutemos de ello yo no veo problema, pero sí cuando es diario, ahí cambia la cosa. 
No recuerdo si Julio comenta esto en su libro, pero para mi es fundamental: No se debe premiar a los niños con comida. La comida es eso, comida, sirve para alimentarnos, y no podemos utilizar el argumento de "ya no comas más chocolate que te va a doler la tripa" y después decirles que si se acaban los deberes les damos un huevo de chocolate. Hay muchísimas cosas que podemos utilizar para reforzar si es que quieres utilizar premios, que esto daría para otro post.
Otro aspecto que destacar es que un zumo no equivale a una pieza de fruta, y no deberían tomar más de
medio vaso de zumo al día. Hay que tener en cuenta que el zumo, sea o no natural, tiene muchos azúcares y le hemos quitado la fibra, algo de lo que precisamente carecen los niños. Además es importante cuando se de el zumo al niño que lo tome acompañado de alguna otra comida, loz zumos por su contenido en azúcar son muy cariogénicos, de este modo disminuye el riesgo. Aquí tenéis otro documento de (GREP-AEDN) que habla sobre este tema: ¿Se puede considerar el zumo de frutas como una ración de frutas?

La ingesta de fibra en los españoles es muy baja, así que yo he seguido una recomendación que da el autor, y es sustituir por integrales, el arroz, la pasta... La verdad es que no se me había pasado por la cabeza, y lo hemos probado y su forma de cocinar es muy parecida, algo más de tiempo de cocción y su sabor bueno.

Quiero finalizar la entrada con un párrafo del libro que me ha impactado bastante, y me ha reafirmado en la necesidad que supone alimentar adecuadamente a los niños:
"Adipocito que se crea, adipocito que no se destruye" Las células que almacenan grasa, los adipocitos, se crean en la infancia. Cuanto peor sea nuestra alimentación en dicha época y más sedentarios seamos, más adipocitos generaremos. En la edad adulta, si engordamos, prácticamente no creamos más adipocitos, sino que aumentamos su tamaño, "cebamos" los que ya tenemos. Algo que es mucho más fácil que ocurra si tenemos muchos de base.
Creo que este parrafito es clave para darnos cuenta de que mal alimentar a los niños no sólo les afecta ahora, sino en el futuro.

En el libro se abordan otros muchos aspectos de la alimentación infantil, a mi me parece una lectura fundamental, ya me contaréis si os ha gustado a vosotros.





viernes, 26 de abril de 2013

Alimentación complementaria y alergias (1) Síntomas

Un tema que nos preocupa bastante es el de las alergias cuando empezamos a dar otros alimentos además de leche a nuestros hijos. El cuándo dárselos, el qué darles antes qué después... Es cada vez más frecuente ver niños con alergias alimentarias, leche, huevo, pescado, frutos secos... Algunas tan intensas como para reaccionar incluso con una dermatitis si alguien que ha manipulado esos alimentos le toca. Por este motivo, me interesaba saber ¿De qué depende la aparición de estas alergias? ¿Podemos hacer algo para evitarlas, o ayudar a que se resuelvan de la mejor manera posible? Por ello haré una serie de entradas dedicadas a este tema.

Hoy hablaré sobre los síntomas de una alergia alimentaria, me parece imprescindible saber identificarlos, y además creo que pueden pasar bastante desapercibidos en algunos casos, o considerarlos como algo normal en los bebés...


Los síntomas de una alergia alimentaria se pueden dividir en varios grupos de mayor a menor frecuencia:
* Síntomas dermatológicos, son los más frecuentes,  variarán en intensidad, desde la aparición de granitos que desaparecen a las horas de haber consumido el alimento, hasta dermatitis atópica que puede aparecer de forma diferida hasta días después de haber consumido el alimento, también puede darse  angioedema de más o menos gravedad (inflamación alrededor de los ojos, labios, lengua,  laringe...).

* Síntomas digestivos: Vómitos, diarreas, dolor abdominal (cólicos)... Pueden ir desde molestias leves a más intensas. Quizás los más leves por ser menos evidentes pueden llegar a ser complicados, porque pasan desapercibidos, y más con un bebé que no nos puede hablar. Imagino por ejemplo un niño que se le suplemente con leche artificial, sea eso lo que le genera molestias por una intolerancia a la proteína de la leche de vaca, esa incomodidad sea interpretada como hambre y se aumente la cantidad de suplemento.
Un síntoma digestivo importante es la aparición de hebras de sangre en las heces del niño.
Podemos incluir el síndrome de alergia oral: picor de boca, lengua y garganta, sobre todo en el caso de frutas, hortalizas, marisco. Instantes después de la ingestión del alimento alérgeno podremos detectar rojeces o inflamación en los labios del pequeño.

* Síntomas respiratorios: Puede aparecer asma, dificultad para respirar, rinitis, congestión nasal. De nuevo volvemos a incidir en los casos en los que los síntomas aparecen de forma leve, cuándo un niño está permantentenente con moquetes, congestionado, podría ser síntoma de alergia, aunque pase fácilmente desapercibido, valorar la aparición de otros síntomas.

* Anafilaxia: Es la reacción más grave, y que requiere una intervención inmediata en Urgencias. Copio la información que da Silvia en Mi menú sin leche que nos permitirá identificar los síntomas de un shock anafiláctico:

"La Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica nos recuerda que los síntomas de una reacción alérgica grave son:
  • Erupciones cutáneas con enrojecimiento y picor.
  • Hinchazón de ojos, labios, manos y pies.
  • Estrechamiento de las vías respiratorias que puede causar sibilancias (pitos) y dificultad respiratoria.
  • Sensación de ocupación de espacio dentro de la garganta.
  • Caída brusca de tensión arterial que puede causar mareos o sensación de inestabilidad.
  • Nauseas y vómitos.
  • Sensación de boca metálica.
  • Irritación, enrojecimiento o picor en los ojos."
Aquí tenéis el artículo completo donde ampliar la información y además incluye un vídeo donde se explica el uso del inyector de adrenalina ante un shock anafiláctico.

La Web Mi menú sin leche está genial, podéis encontrar muchísima información, recetas, marcas sin alérgenos...  Además los que viváis en Madrid tenéis próximos dos eventos organizados por esta web:

- Encuentro de padres "Las alergias alimentarias y la introducción de nuevos alimentos" Será en La cocinita de Chamberí el 11 de mayo a las 11:00h. En este enlace encontraréis toda la información sobre el evento y cómo inscribiros.
- Charla: Las alergias alimentarias en la infancia: nutrición y salud, Será en la Clínica Osthalteam de Madrid el 25 de mayo a las 11:00. Aquí tienes toda la información sobre este evento.

lunes, 25 de junio de 2012

Carlos González en Encuentro Papás e hijos 2.0

El 20 de junio Papás e Hijos 2.0 Carlos González cerró el ciclo de charlas "Encuentro Papás e Hijos 2.0", organizado por Daniela Dávila con motivo del primer aniversario de su blog, con una charla coloquio sobre alimentación infantil. Anteriormente habían participado Rosa Jové, Catalina Echevarry, autora del blog Mamá también sabe, Mª Paz García Sola, y la Dra. Vidales. Si queréis saber qué comentaron en esas charlas aquí lo tenéis explicado estupendamente por Belén de Mamá sin complejos:

Me gustaría transmitir algunas cosas que comentó Carlos González en esta charla. A mi personalmente me gustó mucho, me pareció que los contenidos que expuso eran claros, y que sus argumentos están básicamente basados en el sentido común y en estudios que se han realizado al respecto. Sin embargo, no lo percibo así cuando escucho algunas recomendaciones que me da la enfermera o la pediatra cuaando llevo a Emma a las revisiones. Carlos comentó que en ocasiones estas recomendaciones sobre alimentación se basan en costumbres que en algún momento tuvieron algún sentido pero que ya lo han perdido. Puso como ejemplo de ésto la pauta de dar zumo de naranja antes de los seis meses. Cuándo las leches infantiles eran ni más ni menos que leche de vaca hervida (tres veces) era necesario que se les diera zumo como aporte de vitamina C puesto que ésta se perdía durante la cocción, y su carencia provocaba escorbuto en los pequeños. Pero a día de hoy las leches de fórmula, y por descontado la leche materna aporta esta vitamina de sobra por tanto no es necesario dar zumos de forma prematura a los bebés, sin embargo en algunos centros de salud se sigue recomendando. O el tema de dar los alimentos pasados por la batidora. Ésto tenía sentido cuándo se introducia la alimentación complementaria a niños muy pequeños que no podían alimentarse de otro modo, pero sabiendo que no es necesario comenzar con la alimentación complementaria hasta como mínimo los seis meses, y que podemos hacerlo con calma porque con la leche están cubiertos nutricionalmente hablando, podemos prescindir de purés. Carlos González deja claro que los pediatras o las enfermeras no son expertos en alimentación infantil sino en enfermedades infantiles.
Para explicar un poco las indicaciones generales que podemos tener el cuenta a la hora de alimentar a nuestros hijos, Carlos utilizó como guión esta publicación sanitaria irlandesa: "Starting to spoonfeeding your baby" donde las recomendaciones básicas, distan bastante de las que nos ofrecen por norma general en los centros de salud españoles. Los puntos principales en los que se centró fueron:

* Lactancia materna exclusiva  hasta los seis meses y complementar a partir de ese momento con alimentos saludables continuando con la lactancia hasta los dos años o más si la mamá y el bebé lo desean. El segundo alimento más adecuado para el bebé es la leche de fórmula, pero en este caso se puede empezar  a complementar si se desea a partir de los 4 meses. Y cuándo habla de complementar, no se refiere a que el niño coma mucho de lo que se le ofrece, sino que vaya aprendiendo a comer otras cosas.

* El bebé tiene la capacidad de decidir cuánta comida necesita, así que no se debe obligar a comer a un niño. Él sabe  cuáles son sus necesidades. Esto va en contra de las recomendaciones que hacen algunos pediatras, del tipo: a los 6 meses 20 gr de pollo, 30 gr de patata, 20 de zanahoria y 10 de judías verdes (ejemplo ficticio) En la comunidad de Madrid únicamente regulan los gramos respecto a la cantidad de carne y pescado y hacen la siguiente indicación: "No obligues nunca al niño a comer: que no asocie la comida con malas caras, gritos, nervios..." Bajo mi punto de vista ésta indicación está bien, pero quizás mejoraría si añadieran que no hay que obligar a un niño a comer porque si no quiere más es porque no necesita más, confía en la capacidad de autorregularse de tu hijo. 

* Al niño hay que ofrecerle alimentos saludables, quiero recalcar ésto porque va de la mano del punto anterior. El niño podrá regularse y alimentarse adecuadamente si le ofrecemos alimentos sanos, es decir, las chucherías, aspitos, refrescos e incluso zumos, deberían aparecer de forma muy esporádica en la dieta de los niños. Si no desde luego que esta autorregulación no se va a hacer adecuadamente. El niño puede elegir si prefiere comer 2 o 10 macarrones, o zahanoria o tomate, pero entre chocolate y acelga no hay color ¿no? Y un niño pequeño sólo puede acceder a estas chuches si un adulto se las ofrece. 

* Los niños a partir del año ya no deben utilizar biberones. La imagen que veis abajo es la de la portada del documento, como vemos el niño tiene en la mano un vaso normal con asas (sin tetina, ni pitorro, pajita o similar). Se debe dejar que el niño vaya aprendiendo a beber en vaso para que al año pueda hacerlo sin problemas. El problema de los biberones es doble:
     - El niño toma más alimento del que debería, puesto que es mucho más fácil y rápido beber del bibe que del vaso, así que rápidamente podría tomarse 300ml de leche con cereales, cuándo en vaso tomará realmente lo que necesite.
    - Si se utiliza para dar zumos puede provocar caries
    - Si se deja al niño que se duerma con el biberón de leche también puede provocar caries, esto es así porque el niño cuándo toma el biberón dormido en ocasiones deja de succionar y (a diferencia del pecho del que inmediatamente dejaría de salir leche) el biberón sigue goteando, y se quedaría la leche en la boca del bebé, "bañando" los dientes, en este período se forman ácidos que desmineralizan el esmalte.  Está muy extendida la idea de que la lactancia materna prolongada también provoca caries, sin embargo cada vez más los estudios realizados apuntan a otros motivos que nada tienen que ver con la lactancia materna, incluso encontrando más problemas de caries en niños alimentados con leche artificial por su contenido en sacarosas. Os dejo un par de enlaces al respecto: La caries dental, lactancia materna: factor protector contra la caries dental.


* No son necesarios ni recomendables los purés y triturados. Los niños de más de 6 meses pueden perfectamente comer alimentos preparados en trocitos.
De nuevo si os fijáis en la imagen de la portada, el niño tiene la comida en trozos, además de un puré consistente que come él solo. En la entrada "Sin papillas" os cuento un poco mi opinión y experiencia sobre este tema. Lo que dijo Carlos al respecto fue que si queremos que nuestros hijos se alimentende forma normal, y para un adulto comer todo triturado no es la forma habitual, darles purés es dar un paso intermedio innecesario. En sus propias palabras sería como "querer ir de Madrid a Barcelona pasando antes por Portugal". Además lo recomendable es que el niño coma lo que come el resto de su familia, aunque se tenga cuidado con temas como evitar la sal, azúcar, alergias...
Y en vez de utilizar la batidora, los alimentos pueden "mashacarse" como decía Carlos en tono de humor, de forma que no pierdan su textura original, o rallarse, o cortar en palitos que tu hijo pueda agarrar  mordisquear, o en láminas finas... dependiendo del alimento. Lo que sí debemos evitar son trozos duros y pequeños que es con lo que se puede atragantar, como por ejemplo los frutos secos, o trozos pequeños de manzana que esté dura o zanahoria cruda...
Para terminar, hay algo que aparece en el documento irlandés que no me parece adecuado. Carlos González no lo comentó directamente, pero me parece importante. Se dice que hay que dar la teta después de la comida porque si no el niño no va a querer la comida. Hay que tener claro que el alimento principal de un niño de menos de un año es la leche, con eso está cubierto, excepto quizás un pequeño aporte de hierro que se obtiene comiendo un poco de pollo por ejemplo.Así que lo que no debemos hacer es precisamente darle la teta después, porque si no no va a tener hambre para lo realmente importante, que es la leche. No se nos debe ir de la cabeza que la alimentación sólida en esta etapa complementa a la leche y no al revés. Así que la teta mejor antes de comer.

jueves, 12 de abril de 2012

Sin papillas

Para terminar de enervar a nuestro entorno más cercano hemos decidido introducir la alimentación complementaria sin triturar. El término concreto es baby led weaning, que conlleva no solo darle la comida en trozos sino que es alimentación a demanda, vamos como hasta ahora con el pecho. Come ella sola (sin cucharas de momento) los alimentos que quiere y en la cantidad que ella quiere, nos fiamos de que ella puede comer lo que necesita si le dejamos. Ante ésto ya están echándose las manos a la cabeza: ¡se va a atragantar!, ¡va a estar mal alimentada!, ¡sólo va a comer guarrerías!, ¡ésta niña va a hacer lo que le de la gana en la vida! Sí, hasta ese punto puede llegar el catastrofismo ajeno...
Relax por favor, no nos hemos vuelto locos, ni estamos alimentando a Emma al tuntún... ¿Cuáles han sido los motivos que nos han llevado a decidir hacerlo de éste modo?

- Con siete meses Emma tiene la capacidad de masticar (sí con las encías), mover la comida por la boca y tragar los trozos. El filete de ternera no, éste sólo lo chuperretea, pero la mayoría de los alimentos blandos los traga sin problemas. Antes era necesario triturar los alimentos de los bebés porque se introducían muy pronto, incluso a los dos o tres meses. La explicación es sencilla: cuándo empezaron con la teoría de 10 minutos en cada pecho cada 3 horas, se cargaron la mayoría de las lactancias, a la madre "se le iba la leche" o el niño lloraba por hambre. Las leches de fórmula estaban a años luz de las actuales, así que o les metían la alimentación complementaria antes o las necesidades nutricionales del niño no estaban cubiertas ni de lejos. A un bebé tan pequeño es necesario triturarselo todo, pero a un bebé de 6 o 7 meses ya no es necesario, con tener un poco de cabeza con lo que se les da es suficiente. Sin embargo por costumbre hemos seguido con los triturados.
Aquí tenéis un vídeo donde se ve a una nena comiéndose el pollo al más puro estilo Obelix. Emma no come tanto ni de lejos, cada uno va a su ritmo.




- Me parece además que comer purés bien pasaditos por la batidora día tras día tiene que ser bastante aburrido para el bebé. No se piensa en que los bebés disfruten de la comida. Ellos tendrán purés varias veces al día, misma textura, distinto sabor, a veces le gustará otras no, pero la cuchara implacable de mamá/papá/abuela se los "meterá pa el cuerpo" por muchas trabas que ponga el bebé en cuestión (que por lo que se ve son bastantes). Creo que darles la comida sin triturar y mezclar les aporta mucha más riqueza, el arroz sabe de una manera determinada, con una textura concreta, puede ir acompañado de otras comidas que cambian su sabor, y que Emma aprenda ésto me parece más importante que que se tome un biberón de leche con cereales sin gluten (que no se yo por qué las farmacias venden tantas cajas de ésto cuándo los ingredientes son simplemente arroz y maiz...). Además cuándo se hacen papillas siempre se mezclan distintas cosas: para comer puré de patata, calabaza, puerro, judía verde y un trozo de pollo. Entonces no sólo ya la textura de cada alimento la hemos perdido en la batidora, sino que el sabor también ha quedado diluido en ésta multitud vegetal.

- Con los purés los niños comen demasiado, yo no soy capaz de merendar medio plátano, media pera, media manzana, el zumo de una naranja y una galleta, pero ese es el contenido de la papilla de la tarde de muchos bebés. Ésto tiene a priori una consecuencia problemática bajo mi punto de vista, es que los bebés pronto dejan de tomar tanta leche como necesitan. Para un lactante esa papilla debería complementar a la leche, no sustituirla. En éste punto me da igual que sea leche artificial o materna. Las calorías de las papillas son bajas, si lo miras bien es más o menos lo que comeríamos si estuviesemos a dieta... son pocas calorías pero llenan el estómago demasiado para que puedan tomar el alimento principal que es la leche. Por éste motivo dejamos que Emma coma hasta cuánto quiera, no la forzamos a comer más de lo que puede. Eso sí, si tienen a su alcance chucherías y alimentos poco saludables ésto no es posible, porque desde luego que se llenaría de éstos alimentos y a los sanos poco caso les haría. Tampoco damos mayor importancia a la hora de comer, lo ideal es no intentar que coma más con dibujos, ni avioncitos, ni esta por papá... si no lo que hacemos es reforzar que no coma bien,, que es justo lo que queremos evitar. (Lo sé, es fácil de decir cuándo tiene 7 meses, ya os contaré cuándo vaya siendo más mayor cómo nos va la cosa).

- Ni el mejor juguete educativo va a estimular más a tu hijo como dejarle alimentarse solo. Cuándo tú dejas a su alcance el alimento preparado por ejemplo en tiras o palitos para que vaya comiéndolo, está experimentando con texturas, temperaturas, formas... tiene que coordinar para que (al menos parte de la comida) llegue a su boca, para no aplastar un alimento blandurrio, que no se le escurra el trozo de fruta, o tratar de recuperarlo si se le ha caído por la trona. Es un proceso de aprendizaje  que se repite todos los días varias veces. La limpieza postexperimental también tiene esa cadencia por supuesto...



Esos eran básicamente los motivos que nos llevaron a babyledweanear. Después de un mes más o menos nuestra experiencia por el momento es buena, Emma disfruta de las comidas, momento que comparte con nosotros porque come en la mesa familiar. Aún toma pocas cantidades pero bastante variado, menos la fruta que no la quiere ver ni en pintura. Hay momentos que son más difíciles, sobre todo al principio porque hacen ruidos raros, parece que se esté medio atragantando, y aunque hayas leído que son ruidos normales que hacen cuándo están aprendiendo a tragar y ella sola lo resuelva bien (echa el trocito y sigue comiendo tan contenta mientras tanto tú estás al borde del desmayo) asusta. De hecho al principio pensamos seriamente  en dejar los trozos y darle las papillas. Ya rara vez le ocurre. 

Algunas cosas que hay que tener en cuenta por seguridad son: 

* Conocer qué alimentos debemos evitar al principio por el tema de las intolerancias y las alergias, como cuándo introducir el gluten, huevo, pescado... las indicaciones de la enfermera en éste sentido son las que hemos seguido nosotros.
* Evitar alimentos con los que se puedan atragantar: frutos secos, alimentos demasiado duros...
* Que coman siempre erguidos evitar alimentarlos de éste modo en hamacas, sillas de coche...
* Siempre acompañados bajo tu supervisión.

Para más información sobre éste tema los libros que he consultado han sido:
Gill Rapley y Tracey Murkett (2008) Baby-led Weaning: Helping Your Baby to Love Good Food. Vermilion  (En inglés aunque ya lo han traducido como: El niño ya come solo: consiga que su bebé disfrute de la buena comida. 
Además aquí tenéis dos guías una básica y otra más extensa sobre el tema que están genial.

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿Preparado para la alimentación complementaria?

Emma tiene cinco meses y medio, hasta ahora no estaba en absoluto preparada para empezar con la alimentación complementaria, ni había necesidad ninguna, porque con la leche sus necesidades nutricionales están más que cubiertas. De hecho a la introducción de los sólidos  se llama alimentación complementaria, porque  complementa la leche, que sigue siendo el alimento principal del lactante. Así que lo de dar la teta o el biberón como postre tiene poco sentido, en todo caso el postre será la alimentación complementaria (en adelante AC).

Por todo lo que había leído, mi idea era empezar con la introducción AC a partir los seis meses, cuando  vieramos que Emma estaba preparada, pero parece que ha decidido adelantarse unos días. Hasta ahora en momentos puntuales había chuperreteado algún trozo de fruta o carne que le ofrecíamos cuándo veíamos que estaba muy interesada en lo que estábamos comiendo. Ella lo investigaba como un juguete más, y al poco rato pasaba a otra cosa. Anoche quería a toda costa comer de nuestra cena, no era adecuada para ella así que no le dejamos, pero ésta vez no se entretuvo con otro juguete, quería lo que teníamos, se "tiraba" a la comida. Al final decidí cortar un trozo de tomate y ofrecérselo. Ella lo cogió, se lo llevó a la boca y al cabo del rato sólo quedaba la piel, con las encías había ido mordisqueando y tragando toda la pulpa. Nosotros estábamos todo el rato pendientes, con el miedo de si se iba a atragantar, con cuidado de que no se metiera demasiado a la boca, atentos a cada ruidito que hacía... Pero lo hizo muy bien, estaba encantada.

Sin embargo en muchas ocasiones, los padres no deciden cuándo empezar con la AC en base a la preparación particular de su hijo, sino que se van de la revisión de los 6 meses, o peor aún de los 4 meses, con la hojita donde les indican qué papillas deben de dar a los bebés y cuando. Todos a la misma fecha. No entiendo por qué se entiende y respeta que unos niños hablen, gateen o anden después que otros, pero en la  introducción de la AC no se tiene en cuenta la maduración de cada uno.

 Estoy leyendo el libro "Baby-led Weaning" de Rapley, Gill y Murkett, Tracey y hay un capítulo que quiero compartir con vosotros en el que explican las falsas señales de que un niño esté preparado para la introducción de la AC, que pueden hacer que ésta se introduzca prematuramente:

* Despertares nocturnos: en ocasiones cuando el bebé se despierta por la noche, y se considera que ya debería dormir más de seguido, se da al niño papillas o cereales antes de dormir. La explicación que dan es que el niño quedará más saciado y tardará más en despertarse para comer. El problema de ésta teoría es que los niños no sólo se despiertan para comer, así que la medida suele ser inútil en la mayoría de los casos.

* El niño es muy grande: Cuándo el niño es grande puedes pensar que como ya está tan crecido con la leche no basta, que necesita otras comidas para estar bien nutrido. Ésto no es así, como hemos dicho el alimento principal del lactante es la leche, y la maduración de su sistema digestivo, la desaparición del reflejo de extrusión, y otras condiciones necesarias para empezar con la AC no dependen del tamaño, sino de su edad y de su grado de madurez particular.

* El niño es muy pequeño: También tenemos la otra cara de la moneda, el niño es pequeño. No llega al percentil que algunos consideran óptimo y a pesar de que está sano y contento ven que necesitaría coger peso. Aquí adelantar la AC es incluso contraproducente: las papillas infantiles con las que empiezan la AC los niños son de fruta y de verduras, vamos que llenan el estómago (y la cara, el babero, la trona, los padres...) pero no aportan una cantidad muy grande de calorías. Le hemos puesto al bebé a dieta  sin pretenderlo, está comiendo alimentos con pocas calorías y además tomará menos leche porque es complicado meter en su estómago media pera, media manzana, medio plátano, el zumo de una mandarina y 200ml de leche. Con menos calorías imposible que engorde más, en muchos casos ocurre lo contrario, como es de esperar.

* Al niño le empieza a llamar la atención la comida: Aquí yo tuve muchas dudas, a los bebés les llama la atención todo enseguida, pero al principio (cuando Emma tenía 4 meses más o menos) no creo que fuera porque estuviera preparada para comer, simplemente quería saber qué era, igual que cualquier otro juguete. Al principio éramos muy reacios a darle la comida, sabíamos las consecuencias que podría tener introducir AC de forma prematura, pero si era algún alimento que ella podía tolerar (que no fuera potencialmente alérgeno, como ciertas frutas, huevos, pescado...) se lo ofrecíamos. Creo que por si sola es una señal falsa de preparación para la AC desde luego, pero también opino que a Emma le venía bien explorar esos objetos-alimentos que le llamaban la atención, sin forzarla para nada a que los comiera.

* El bebé hace movimientos de la boca como si comiera. Ésto era muy típico, Emma cuando nos veía comer hacía movimientos con la boca. Bueno, cuando comíamos y cuándo no, pero en las comidas, el comentario general era "¡mira!, ¡ya quiere comer!" Creo que no iba seguido de darle algo para que lo probara por todo lo que estábamos insitiendo su padre y yo en que no se le diera nada. Sin embargo, los autores comentan que ésto está más relacionado con practicar habilidades que luego se relacionarán con el habla que con la masticación. Y que en todo caso sería como una preparación temprana a la alimentación con sólidos, pero no un signo de que ha llegado el momento de empezar con ellos.

* El bebé ya no se duerme después del pecho: Ésto es lo normal, cuánto más crecen menos horas duermen, así que lo de quedarse grogui con la teta, llega un momento que no ocurre siempre (en muchas ocasiones al menos a Emma le sigue pasando, parece una anestesia :D) Pero que no se duerma no quiere decir que tengamos poca leche, o que ya no le alimente y necesitemos darle otros alimentos, es la maduración normal de un niño. Y está tomando lo que necesita que es la leche.

Las señales que sí podemos tener en cuenta a la hora de empezar con la AC, y que coinciden con el nivel de maduración adecuado de su sistema digestivo e inmunológico son:
* Que se pueda sentar sin o con poca ayuda.
* Que pueda llevarse él mismo la comida a la boca.
* Que haya desaparecido el reflejo de extrusión, que hace que escupa cualquier cosa que entre en su boca, (necesario para que no se trague cuerpos extraños)
* Que muestre interés real por la comida.
* También he leído alguna vez que ya le haya salido algún diente, pero no me parece una señal demasiado importante.