Antes de quedarme embarazada había escuchado muchas veces que el segundo y sucesivos embarazos pasan muy deprisa, que no tienes casi tiempo de vivirlo con los cuidados que requiere el primer hijo, incluso que hace menos ilusión, ya no son novedades, ya es repetir una vivencia. Lo escuchaba y lo comprendía, tiene sentido, tienes más tarea y además ya es una experiencia por la que has pasado.
Sin embargo mi vivencia de este segundo embarazo es muy diferente de como preveía. Al revés, es cierto que tengo menos tiempo para mi, pero ya no gasto las energías que gasté con Emma en leer mil revistas, buscar los mejores artículos de puericultura para preparar su llegada. Emma me enseñó que todo puede ser mucho más simple y que hay otras prioridades, que quizá con ella tuve en cuenta cuando el embarazo estaba bastante más avanzado.
Con Vega estoy teniendo una conexión distinta, me puedo centrar más en nosotras, en cómo quiero que sea nuestro parto, centrarme simplemente en sentirla. Todos esos accesorios maternales, ese tiempo invertido lo estoy dedicando a nosotras, a compartirlo con Emma, que está viviendo el embarazo de su hermana de una forma maravillosa.
Disfruté mucho de mi primer embarazo y estoy disfrutando del segundo, de formas distintas y geniales las dos, porque me permiten el lujo de seguir aprendiendo. A pesar de las naúseas, los vómitos y la falta de energía que tuve sobre todo al principio del embarazo. Estoy feliz de sentirla, encantada cada vez que Emma la llama o abraza mi tripa, cada vez que su padre nota sus movimientos, cada vez más evidentes.
Estar tan relajada a nivel emocional creo que de algún modo está haciendo que Emma también viva este proceso con una naturalidad que impacta, se acuerda muchísimo de Vega, de hecho el otro día una camiseta que le estaba justa ella decía que la iba a guardar para Vega, muestra interés en otros bebés, pregunta por cómo será cuando nazca su hermana, o me pide que le enseñe en el móvil cómo está de grande Vega o cómo suena su corazón. Es partícipe de lo que etá ocurriendo y va haciéndole un huequito en su vida poco a poco. Esto no quiere decir que la llegada de su hermana no le vaya a afectar, su mundo va a cambiar y le tendrá que afectar a la fuerza, pero creo que puede facilitar las cosas, ya veremos cómo es cuando llegue el momento, tendremos que seguir aprendiendo como cada día.
¿Cómo fue vuestra vivencia en vuestros segundos embarazos? ¿Y la de los peques?